Como parte de mi formación y en un proceso de encontrar un lenguaje visual propio, en el año 2009 participé en un taller titulado “Deconstrucción y análisis en la fotografía contemporánea”, impartido por el artista visual tapatío, Ricardo Guzmán, en el cual revisamos y analizamos los trabajos de muchos de los referentes contemporáneos de la fotografía artística, así como de los artistas visuales que utilizan la fotografía como medio de registro.
El taller cambió significativamente mi visión de la de la fotografía artística, por una parte me ayudó a ampliar mis horizontes y a darme cuenta que las expresiones artísticas en torno al mundo de la fotografía, era mucho más amplio y diverso de lo que yo era consciente, sin embargo, también me sentí decepcionado ante el trabajo de algunos artistas, ya que los valores que sustentaban su obra, diferían con los míos, así como con los ideales que como fotógrafo en proceso tenía. Sin embargo, ese no fue el caso del trabajo del fotógrafo Cubano Abelardo Morell, ya que al ver algunas imágenes de la serie titulada “Camera Obsura” me sentí muy sorprendido.
En su trabajo, Abelardo Morell nos remite a los principios básicos de la luz y la fotografía, al principio de la cámara oscura que consiste en una habitación cerrada cuya única fuente de luz es un pequeño orificio practicado en uno de los muros, por donde entran los rayos luminosos, reflejando los objetos del exterior en una de sus paredes. El orificio funciona como una lente convergente y proyecta, en la pared opuesta, la imagen del exterior invertida tanto vertical como horizontalmente.
Abelardo Morell ha aplicado dicho principio en habitaciones y sitios cerrados al lo largo de distintas ciudades del mundo, convirtiéndolas en cámaras oscuras y en las que podemos ver proyectados sobre la pared los escenarios que se encuentran al exterior de dicha habitación y que conviven con los muebles y otros artículos que decoran la misma, creando escenas únicas para posteriormente ser fotografiadas por una cámara fotográfica que se localiza en en interior.
Aquí algunas imágenes de su trabajo:
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La serie “Camera Obscura” nos puede remitir a múltiples lecturas tales como la analogía que pudiera existir entre estos escenarios creados por el artista y nuestro sistema de percepción visual, ya que en ambos casos existe un punto en el que el “mundo exterior” es proyectado hacia el interior y tal proyección termina siendo interpretada tomando en cuenta lo que previamente existe en el “mundo interior” y por tal motivo la proyección de una misma realidad es percibida y asimilada de diferente manera, tomando en cuenta los elementos que previamente han constituido al receptor.
Desde entonces me quedé con el deseo de replicar el mismo principio y ver directamente proyectado el exterior en el muro de alguna habitación para después fotografiarlo.
Un domingo de octubre de 2016 conseguí bloquear el paso de la luz exterior, he de decir que es no fue fácil, ya que cualquier entrada de luz no deseada, por más pequeña que sea, puede arruinar el efecto deseado. Después de varias horas de evitar cualquier paso de luz y acostumbrar mis pupilas a la oscuridad, logré hacer una perforación circular de un diámetro aproximado a un centímetro sobre plástico negro con el que había cubierto la ventana, así como pude ver el exterior de mi habitación proyectado muy tenue sobre la pared opuesta y que posteriormente logré fotografiar.
La luz proyectada suele ser muy tenue ya que pasa únicamente por un agujero pequeño y por lo tanto es necesario un valor de sensibilidad alto, un diafragma abierto y un tiempo de exposición largo para poder capturar correctamente la imagen, en este caso utilicé un valor de ISO de 6400, un diafragma a f/3.5 y un tiempo de exposición de 30 segundos.